lunes, julio 27, 2009

Visitas a tu WC

A mí personalmente, no me gustan mucho las visitas, quizás soporto de mejor manera a los familiares más cercanos, pero con los amigos, los conocidos, o los ex compañeros, tengo cierta reticencia, y siempre pensaba que era porque me gustaba estar mas bien solo, pero este fin de semana recordé claramente por que era... siempre me tapan el baño, además de gastarme casi todo el desodorante ambiental. Me imagino que ellos piensan que se va a notar menos la "cagada" que dejaron en el baño, no dejando papeles sucios en el papelero, que no van a quedar olores en el baño y quizás si funciona, pero solo por un rato, por que cuando descubres que el baño esta tapado, casi siempre tus invitados ya se han ido, y uno es el que debe destapar el baño, puesto que si lo ocupas queda literalmente "la caga" y ahí hay varias formas de despejar el "detallito" que te dejaron las visitas, pero por nada del mundo se te ocurra tirar la cadena, como lo hice el fin de semana, se te va llenando la taza y empieza a salir todo el papel higiénico que estaba atorado en el fondo y lo que había pasado antes del papel higiénico, es una imagen dantesca donde el confort y esos rollizos empiezan a dar vuelta, como hermanados, en una especie de ronda asquerosa, que es poco recomendable observar si eres una persona con algún tipo de repulsión o has comido algo recientemente.

Según yo hay 2 formas de lidiar con estos detallitos, lo primero es recurrir al viejo, pero efectivo sopapo, se tiene que meter el sopapo dentro de la taza, introducir hasta el fondo, que quede como pegado con la taza, luego tienes que hacer presión hasta que suene un "pahhh", esto genera un vació que succiona del fondo lo que estaba obstruyendo y lo saca a la superficie, en ese momento con extremo cuidado se debe retirar el sopapo del fondo y evitar que te salte algún tipo de fluido, luego esperar que se tranquilicen las aguas, y con la mano enguantada retirar lo que estaba tapando tu baño. La otra opción y la que gracias a Dios yo ocupe esta vez, es llenar un balde con agua y direccionar su contenido hacia el fondo de la taza, provocando una presión tan grande que haga pasar lo atascado directamente hacia tu desagüe.

lunes, julio 20, 2009

El Dueño de la Luna, Jenaro Gajardo v/s Dennis Hope


Como hoy se celebra 40 años del alunizaje o fraude (eso se lo dejo a otros blogeros por el momento) no quería dejar pasar la oportunidad para realizar la comparación de los denominados dueños de la luna.

De niño supe, por comentarios de mi padre, que un talquino era dueño de luna, sentía un gran orgullo por mi coterráneo, hasta que hace algunos años atrás leí que un Estadounidense estaba vendiendo parcelas en la luna, esto me causo gran extrañeza, acá dejo sus historias y usted decide quien merece ser llamado el Dueño de la Luna.

Jenaro Gajardo, abogado y filantropo, en 1954, a los 35 años registró la propiedad de la Luna ante el Conservador de Bienes Raíces de Talca (Chile), adueñándose de nuestro satélite. Gajardo, que había nacido en 1919 en Traiguén, se trasladó en 1951 a la localidad de Talca para trabajar como abogado. Era un hombre inquieto, de múltiples intereses y se dedicó a la creación de la Sociedad Telescópica Interplanetaria, en la cual en su directorio se encontraba nada menos que el Obispo de Talca Manuel Larrain, lo cual acallo cualquier burla, el interés principal de esta institución consistía en “formar un comité de recepción a los primeros visitantes extraterrestres…”.

A Don Jenaro se le ocurre esta idea luego de ser rechazada su inscripción en un club que reunía a lo más selecto de la sociedad local, el Club Talca, pero una de las cláusulas para ingresar en él, además de contar con una profesión o posición social acorde, consistía en ser propietario de algún bien raíz, ante no contar con el ultimo requisito, camino de casa y ante la imagen de la Luna llena que ascendía por el horizonte, se le ocurrió un plan: reclamar la Luna como propia. El 25 de septiembre de 1954, sin vacilación, se presentó ante el notario de Talca, César Jiménez Fuenzalida y le solicitó dejar constancia de que se declaraba dueño de la Luna, para lo cual acreditaba que lo era desde antes de 1857 (fórmula usada en la época para sanear terrenos sin título de dominio) del satélite natural de la Tierra, describiendo sus medidas y límites.

“Cuando salí de la sesión – recordó después Gajardo – me fui caminando hasta la Plaza. Me molestó que se diese tanta importancia a las cosas materiales”.

El Notario leyó con sorpresa la petición. Finalmente respondió a Gajardo: “Mira, la inscripción cumple con los requisitos: es un bien cierto, pertenece a la tierra, tiene deslindes y dimensiones, pero te van a tildar de loco”.

“No importa”, dijo Gajardo.

Es más, con posterioridad a la inscripción de la escritura, efectuó las tres publicaciones en el Diario Oficial, todo lo cual le costó cuarenta y dos mil pesos de la época. Con el título en sus manos, volvió al Club Talca. Hubo sonrisas, caras de sorpresas y asombro. Pero fue aceptado como socio. Uno de los integrantes dijo a Gajardo: “En realidad nos has dado una lección”.

El hecho, desde luego, no pasó inadvertido. Diarios de América y Europa dieron cabida al curioso incidente. Pocos años más tarde, un tabloide norteamericano publicó una nota: “Abogado chileno inscribió la luna a su nombre”. Mario Kreutzberger (Don Francisco) vio la información y lo invitó a “Sábados Gigantes”. Con su carácter burlón, el animador le dijo que, mucha gente, lo consideraba “rayado” por aquella propiedad lunar. Gajardo le respondió: “Le voy a contar por qué inscribí la Luna: no me agrada la gente que habita el planeta tierra. No me gusta que no hayamos podido eliminar el odio, la envidia, la maledicencia, el rencor…”.

Una situación de contienda judicial internacional se suscitó cuando Estados Unidos preparaba su viaje a la luna, en 1969, con tres astronautas a bordo. Gajardo, en conformidad a las disposiciones legales internacionales, había gestionado, a través del abogado Enrique Monti Forno, la revalidación de su dominio en Washington. Todo ello, por cuanto las normas universales de la ONU sólo reconocían propiedad privada hasta una altura de 80 kilómetros, pero como esa reglamentación era de 1967 – y la escritura de Gajardo de 1954 – ésta prevaleció sobre aquella.

El año 1969, antes del alunizaje del Apolo XI, el presidente Nixon envió un comunicado que se hizo llegar a Jenaro mediante la embajada norteamericana en Santiago. El comunicado decía: "Solicito en nombre del pueblo de los Estados Unidos autorización para el descenso de los astronautas Aldrin, Collins y Armstrong en el satelite lunar que le pertenece"; a lo que Jenaro responde: "En nombre de Jefferson, de Washington y del gran poeta walt Withman, autorizo el descenso de Aldrin, Collins y Armstrong en el satélite lunar que me pertenece, y lo que más me interesa no es sólo un feliz descenso de los astronautas, de esos valientes, sino también un feliz regreso a su patria. Gracias, señor Presidente".

Pero si don Jenaro fue ingenioso al hacerse tan audazmente propietario de la romántica luna, más aguzado pretendió ser Impuestos Internos, quien envió un par de inspectores a visitarlo, nada menos que para el cobro de las contribuciones. Ni corto ni perezoso, don Jenaro les dijo: “Ningún problema en reconocer la deuda, pero exijo que, en conformidad a la ley, Impuestos Internos visite mi propiedad y la tase. Después hablamos”. Desde luego, el servicio no insistió.

La situación incluso sentó jurisprudencia en materia de propiedad espacial. Una vez, el entonces Ministro de la Corte Suprema Rubén Galecio Gómez le dijo: “Bueno, si tú inscribiste la luna, yo puede hacer lo mismo con el planeta Marte”. Gajardo respondió ágilmente: “No puedes, por cuanto el Derecho Civil impide reclamar propiedad sobre un bien que no pertenece a la Tierra, como es el caso de Marte”.

Antes de morir, Gajardo la dejo como legado a toda humanidad...“Dejó a mi pueblo la luna, llena de amor por sus penas”...

Una lección a la Soberbia lo que hizo Jenaro, ahora el club Talca es un Gimnasio, otra lección más.

Dennis Hope, ventriluoco acabado y emergente empresario está involucrado en la controvertida venta de bienes raíces extraterrestre. En 1980, la noche del 22 de noviembre Dennis Hope conducía su coche mientras rumiaba su divorcio. Entonces, según su relato automitificador, tuvo una revelación: «Vi la Luna y me dije: "Ahí hay muchas propiedades en potencia"». Nadie, hasta entonces, había elucubrado con transformar el satélite en suelo urbanizable. El Tratado del Espacio Exterior, firmado en 1967 por la ONU, acordó que ningún país reclamara la soberanía de los cuerpos celestes, pero los políticos olvidaron un detalle: extender su veto a empresas y particulares. «Quizás fue un error inocente, pero decidí llenar un formulario reclamando la posesión de la Luna, los ocho planetas vecinos a la Tierra y sus satélites».

Hope fue al día siguiente a una oficina del registro de San Francisco. Discutió cinco horas con los estupefactos funcionarios. Lo que proponía era una emancipación de los sentidos, volando con la hipoteca entre los dientes hacia donde los antiguos sospechaban que moraban espíritus relacionados con imágenes femeninas de pálido erotismo. Tras ganar la partida envió cartas a la ONU y a los Gobiernos de EEUU y la URSS. Informaba de sus derechos y anunciaba que pronto vendería terrenos en sus recién adquiridos pastizales. Nadie respondió. Bingo. Hope había cuajado su jugada en un lance de apariencia bufa y sustanciosos dividendos.

Las cifras sobrecogen: 2,5 millones de personas de casi 180 países han comprado terrenos a la empresa de Hope, Lunar Embassy (Embajada Lunar). Por 19,99 dólares los clientes reciben un acre (4.046 metros cuadrados). Por 22,49 dólares garantizan además que el nombre del comprador será inscrito en su parcela. Hope ya vende terrenos en territorios tan abruptos como Mercurio (a 19,99 la pieza), cuyas soleadas temperaturas garantizan la rápida licuefacción del visitante. Marte viene a salir por 22,49 dólares. Poca cosa tratándose del planeta más emblemático, donde los visionarios del folletón científico situaban el pálpito de bizarras civilizaciones. Aunque oficialmente no se sabe cuánto le ha reportado el negocio a Hope, no es difícil calcularlo: 2,5 millones de parcelas vendidas a unos 20 dólares la pieza sumarían más de 50 millones de dólares.

En su lista de ilustres compradores figuran Jimmy Carter y Ronald Reagan, actores, príncipes, una treintena de trabajadores de la NASA y anónimos particulares ya tienen su lugar lunar. Otras 1.300 corporaciones privadas también han invertido en el satélite. Puede que sueñen con un paraíso intocable, lejos de los jueces. «No estafas», comenta Hope, «sólo aprovecho una oportunidad que surgió por un vacío legal y ejerzo mi derecho a lucrarme como pueda».

Ajeno a polémicas, Hope ha extendido su emporio y ya cuenta con delegaciones en una veintena de países: Francia, Japón, Suecia, Gran Bretaña, Bulgaria, Alemania y España... La pretensión de Hope es que si algún viajero futuro llega a la Luna rinda cuentas a la comunidad de propietarios.


Fuentes y citas exactas.-

martes, julio 14, 2009

4 Años


Me falta imaginación

y ya llevo ya 4 años

me lleno de distinción

por escribir por lo menos

un post por mes.


Y como este día voy a reeditar mi primer post, que fue el primer día que ocupe lentes y aunque todavía no los ocupo mucho, seguramente me sentí más intelectual y me hice mi blogger.


Contradictorio


Así es estas ultimas semanas han sido "complicadas", bueno yo me entiendo "algo". Cuando pasan cosas que uno hace mal, o cree haber echo mal, te puedes dar varias explicaciones, en eso de las explicaciones es donde entro en contradicciones, o ya las tenía de antes o surgieron después que pasan las cosas o quizás surgen más a medida que las cosas pasan, es raro creo, a veces, otras veces creo que a todo el mundo le pasan, pero cuando pienso en el mundo no veo que a todos les pase, quizás por que no veo a todo el mundo o sea no comparto con el mundo que le pasa esto, o si le pasa, se le olvida cuando esta conmigo, quizás no se eso, podría ser que yo no me fijará en lo que le pasa al mundo. Todo esto para decir que ahora uso lentes y quizás no lo escuche, pero ahora lo voy a estar observando.



martes, julio 07, 2009

Experiencia Fantasmal


A propósito de que en CNN gravaron en el rancho de Neverland lo que pudiese haber sido un fantasma del propio Michel Jackson, me acorde de una experiencia fantasmal que me ocurrió hace algunos años atrás. Mi padre había muerto hace algunas semanas, mi primo Hugo se quedo en la casa para acompañarnos, durante esos días nos quedamos hasta tarde jugando cartas con el y mi hermana chica que tenia 11 años casi recién cumplidos, ella desde pequeña que tenía una amiga imaginaria "la tati" al parecer así le llamaba (ella me podra corregir en caso que no sea el nombre), cuando "la tati" desapareció de la casa, mi hermana debió haber tenido unos 9 años y según ella empezó a aparecérsele un niño que la miraba detrás de las puertas, corría asustada porque el niño estaba observándola desde algún rincón, durante un noche de juego de carta, eran cerca de las 2 a.m. cuando me tocaba ejecutar mi jugada, cuando mi hermana empieza a gritar ¡¡¡el niño detrás de la puerta!!! como con mi primo ya sabíamos la historia no nos alarmamos, sino que continuamos el juego, mi hermana continua gritando y cuando le correspondía su turno, nos hizo mirar hacia la puerta, cuando miramos hacia la puerta esta comenzó a abrirse con un rechinado (como que le hiciera falta una buena aceitada a las bisagras), yo gritaba como desesperado, mi primo con una cara de espanto, se quedo pálido sin decir nada y mi hermana me apretaba el brazo y me zamarreaba, al irse abriendo la puerta, nosotros seguíamos espantados, comenzamos a ver a una persona mas bien chica con una bata larga que nos dice: " Vayan a ... acostarse mierdas que mañana tienen que levantarse temprano", a mi madre nunca le ha gustado que nos levantemos tarde aunque todos creemos que salimos a ella, por que siempre andamos justo con la hora.