La señora teresa la vecina,
se durmió para siempre la otra noche
como se apaga el sol en una esquina.
La señora Teresa, la mamá
de mis buenos amigos de la infancia,
parece que se fue, que ya no está.
La señora Teresa, la abuelita,
le contó a sus nietos que se iba,
pues tenía con Dios una gran cita.
La señora Teresa, la unidad,
se volvió a encontrar con don Osvaldo,
y ahora por una eternidad.
La señora Teresa es un rio
que se sumó a la mar serenamente:
así esta escrito, y yo confio.
La señora Teresa, escuchen bien,
vivia en un edén pequeño
y ahora vive en un glorioso Edén.
La señora Teresa, en realidad,
se ha quedado para simpre con nosotros,
!y esa es a maxima verdad¡
(de Felipe Romano, para mi papá,
amigos de la infancia en la villa edén)
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